Páginas

Adriana y su limón "Mano de Buda"


Se trata de uno de los cítricos más curiosos que existen. En Japón y en China se usa como planta aromática y es una ofrenda típica de los templos budistas.


Adriana, acompañada de Javi, alumnos de 4º C,
nos enseñan el limón "Mano de Buda"


El origen de estos limoneros con frutos de extraña fisionomía se encuentra en el noroeste de la India, de donde es típico, aunque también es posible que fueran los monjes budistas quienes lo llevaran allí procedente del sur de China. Ellos los cultivaban en sus monasterios como símbolo de la felicidad, la riqueza y la longevidad y acostumbraban a ponerlos en tablas sobre los altares, a modo de ofrenda y abiertos por la mitad, aprovechando así sus propiedades aromáticas. Según los budistas el estado ideal de la mano de Buda es cuando sus dedos apuntan hacia abajo, porque es entonces cuando las manos están cerradas, símbolo del acto ritual de la oración.

Algunas fuentes aseguran que la Mano de Buda pudo ser el primero cítrico que llegó a Europa gracias a las tropas del emperador griego Alejandro Magno, que fascinadas por su curiosa forma quisieron llevarla con ellos allá por donde pasaban. 

Después se dieron cuenta de las propiedades medicinales de la planta, mucho más prácticas. La Mano de Buda comenzó entonces a usarse como digestivo, expectorante y tónico. Con el paso del tiempo su aroma fresco y agradable, inconfundible e intenso, pasó a ser el principal valor de este fruto, usado desde la antigüedad para la elaboración de perfumes y cosméticos.