Un buen científico nunca descansa...
Su deseo de conocer las cosas que le rodean
y saber explicarlas le hace disfrutar cada día.
Un buen ejemplo es nuestro compañero Cristian, de 4º-A, que este verano ha cuidado unos cuantos gorriones jóvenes o gurripatos caídos de sus nidos aprovechando para observar sus costumbres y, además, ha tenido tiempo para germinar unos cuantos huesos de aguacate siguiendo las recomendaciones de nuestro "Manual del científico"